Dentro de unos días se cumplirán dos años desde que el Estado sionista inició una de las agresiones más terribles contra el pueblo palestino de Gaza: bombardeos sobre la población indefensa, desplazamientos forzados, uso del hambre como arma de guerra, asesinato de periodistas, de personal sanitario, destrucción de escuelas, universidades y de todas las infraestructuras necesarias para que pueda darse la vida.

Desde que la Relatora de NNUU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, emitió su primer informe “Anatomía de un genocidio” (26/02/2024-05/04/2024) y la Corte Internacional de Justicia emitió su histórico dictamen consultivo (19/07/2024), “Consecuencias jurídicas derivadas de las políticas y prácticas de Israel en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental”, en el cual se establece una serie de obligaciones de carácter jus cogens (normas imperativas de derecho internacional) y erga omnes (norma que tiene efectos jurídicos aplicables a todas las personas), que, por su propia naturaleza, “incumben a todos los Estados” y “no admiten excepciones”, desde estos primeros informes, nadie puede dudar hoy de que existe un genocidio en marcha que interpela no sólo a nuestros gobiernos e instituciones sino a todos y cada uno de nosotros como seres humanos dignos de tal nombre. Un genocidio se define no solo por la masividad de los asesinatos sino por la intencionalidad, y la complicidad no es sólo el resultado de la acción sino también de la omisión.

En la lucha del pueblo palestino convergen los principios de autodeterminación y de confrontación directa contra el colonialismo, el racismo y el imperialismo. La actitud activamente cómplice de las potencias occidentales sólo confirma la quiebra moral y la decadencia material del sistema imperialista configurado tras la II Guerra Mundial.

Hoy que iniciamos el curso académico tenemos que preguntarnos si podemos iniciar el curso con “normalidad”, si podemos enseñar, investigar, hacer ciencia como lo veníamos haciendo hasta ahora, si podemos hacer ciencia sin ética y sin contexto. Desde la Red Universitaria por Palestina (RUxP) pensamos que no. No podemos, no debemos, dejar de contextualizar nuestras enseñanzas y aprendizajes en el mundo en que vivimos.

La RUxP ha contabilizado 199 proyectos ‘Horizon’ activos en los que participan nuestros investigadores y Universidades con partners israelíes. Exigimos la suspensión de la participación en proyectos y colaboraciones como ‘Horizon Europe’, ‘Erasmus+’ y equivalentes, la inclusión en los Estatutos de cada Universidad del compromiso institucional de NO participación en materia de aplicaciones y tecnologías militares, incluyendo el “doble uso”, así como al gobierno español y a la UE el desarrollo de planes específicos y financiados para la reconstrucción de las Universidades palestinas junto a programas de colaboración docente e investigadora.

La traslación al campo de la Educación Superior de la limpieza étnica del sionismo contra el pueblo palestino queda plasmada en el comunicado conjunto que los Rectores de las tres Universidades públicas de Gaza (Universidad Al-Aqsa, Universidad de Al-Azhar-Gaza, y la Universidad Islámica de Gaza) emitieron el pasado 14 de julio: “La guerra genocida israelí ha provocado el escolasticidio un intento sistemático y deliberado de eliminar nuestras universidades, su infraestructura, su profesorado y su alumnado. Esta destrucción no es colateral; forma parte de un esfuerzo dirigido a erradicar los cimientos de la educación superior en Gaza, cimientos que durante mucho tiempo han sido pilares de resiliencia, esperanza y libertad intelectual en condiciones de ocupación y asedio.”

Puede que nuestros Campus hayan sido devastados,

pero nuestras Universidades siguen existiendo”

¡¡¡ COMENCEMOS EL CURSO SIN NORMALIDAD !!!

¡¡¡ DESDE EL RÍO HASTA EL MAR, PALESTINA VENCERÁ !!!