Es bien conocido el hecho de que en la Universidad Pública hay un alto grado de precariedad en el sector del profesorado (32,8% del total del PDI en la UMH) y se naturaliza con la justificación de que estos compañeros y compañeras tienen otro empleo fuera de la institución. Sería interesante conocer cuál es el peso sobre el total de la docencia universitaria que recae en las espaldas de estos compañeros y compañeras, pero este dato no aparece en las estadísticas del Ministerio de Universidades. De igual modo, hemos naturalizado el hecho de que ayudantes y ayudantes doctores no cobren el complemento de antigüedad, es decir trienios, en esta Universidad, aunque volvemos a señalar que es una discriminación con respecto al resto de las plantillas y Universidades del País Valenciano. Es evidente que lo de naturalizar lo comentamos en el sentido de que, aunque sería lo más lógico, no se percibe movimiento de reivindicación ni siquiera por parte del personal directamente afectado para cambiar estas situaciones claramente discriminatorias, y por tanto, la reivindicación decae (igual que los convenios) por no tener sujeto que la sostenga. Y del Convenio Colectivo del Personal Laboral de las Universidades Públicas Valencianas, única esperanza para la equiparación de derechos laborales de nuestro PDI contratado, de momento, nunca más se supo desde hace ahora cerca de tres años, tras la paralización impuesta por la Conselleria de Educació y/o el Ministerio de Universidades, ambas instituciones bajo sendos Gobiernos “de progreso”.

Pero todo ello no nos hace olvidar la realidad diaria de explotación que sufren las plantillas externalizadas que cubren servicios esenciales para el funcionamiento de la Universidad, y sin las cuales, la entidad no podría ni tan siquiera abrir sus puertas días tras día. Estos compañeros y compañeras están a expensas de las maniobras de las empresas privadas que optan a los pliegos de condiciones con una única finalidad: maximizar beneficios a costa del Sector Público y de la inasumible precarización de las condiciones laborales (discontinuidad de los contratos, parcialidad forzosa, intensificación de ritmos de trabajo,…). Y lo hacen sin ningún tipo de complejos, aplicando las condiciones más degradantes para los y las trabajadoras, bordeando la ilegalidad. Muchas de estas plantillas están fuertemente feminizadas. Este próximo 8 de marzo, como siempre, lo trabajaremos con ellas. La Administración de la UMH, por su parte, imaginamos que saldrá para cubrir el expediente mientras mira para otro lado y esconde su propia realidad.

Volvemos a hacer referencia a la empresa Catering 45, que sigue manteniendo en el ERTE, de manera absolutamente injustificada, a tres de las trabajadoras de la cafetería Altabix con la excusa de que no sacan los suficientes beneficios para pagar sus salarios y, por eso, cargan a “papá Estado” con salarios (70%) y seguridad social. La empresa alega que necesita que cada trabajadora facture en caja 250 euros al día para que le salga rentable. Es decir, estamos hablando de más de 5.000 euros al mes que, multiplicado por las 8 trabajadoras que son en plantilla, suman más de 40.000 euros de facturación al mes. Considerando los bajos salarios, las escandalosas subidas de precios en algunos productos, y que la Universidad corre con los gastos corrientes y el equipamiento de la cafetería, nos hacemos una idea de la cuantiosa plusvalía que la empresa exige a las trabajadoras. Y para ello hace uso de toda su artillería, pasando del insulto a la represión, como ocurrió con una de las trabajadoras que fue devuelta al ERTE por atreverse a reclamar sus derechos laborales. Por cierto, algunas de las trabajadoras todavía en ERTE acumulan hasta dos meses sin percibir su salario, incrementando todavía más el sufrimiento.

Hablamos de una plantilla que en muchos casos cumple cerca de los 25 años que celebra la UMH, que sirve con exquisitez a la comunidad universitaria y que lleva desde octubre de 2021 soportando una sobrecarga de trabajo tal que las obliga a acudir medicadas por puro compromiso con su puesto de trabajo, hasta que literalmente revientan y se ven obligadas a tomar la baja laboral. A diferencia de la empresa Catering 45 y de la propia Administración de la UMH, las trabajadoras sí saben que la cafetería es un servicio esencial para las plantillas y el alumnado de la Universidad. Desde CSO-UMH exigimos la inmediata reincorporación de todas las trabajadoras de la cafetería Altabix, el escrupuloso respeto a su inalienable derecho a la salud laboral, y la gestión pública directa de la cafetería, manteniendo a su actual plantilla, por parte de la Administración de la UMH como única vía que asegura la continuidad del servicio sin la intermediación parasitaria de una empresa privada.

¡ Fuera las empresas de la Universidad !