Compañeras y Compañeros,

Como ya sabéis, casi un año después del primer intento y con cambio de ministro incluido, el Anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) fue finalmente aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 21 de junio, quedando ya dispuesto para iniciar su tramitación parlamentaria. Los Sindicatos que forman parte de la Mesa Sectorial de Universidades, a través de sus respectivas secciones sindicales en la UMH, hicieron llegar al PDI, PAS, y PI de nuestra Universidad sus críticas al anteproyecto, más o menos intensas en función de sus simpatías hacia el Gobierno central pero, en general, coincidentes y que desde el Consejo Sindical Obrero (CSO) en buena parte compartimos.

Una de las denuncias formuladas por todos los Sindicatos participantes en la citada Mesa es la falta de voluntad negociadora y la ausencia de respuesta a sus respectivas propuestas por parte del Ministerio de Universidades. Sin negar la importancia de la negociación sectorial, desde CSO entendemos que el sindicalismo, especialmente aquél que se reclama “de clase”, debe fundamentarse en la permanente comunicación con las plantillas, la elaboración de una tabla reivindicativa asumida por las y los trabajadores y el recurso a la movilización según decisión colectiva adoptada en asambleas honestamente informadas.

La desvinculación de las plantillas a las que se dice representar, la renuncia a la imprescindible lucha sindical y su reemplazo por un difuso papel de “agentes sociales” han perjudicado gravemente la propia capacidad negociadora de los sindicatos llamados mayoritarios convirtiéndolos en meros convidados de piedra, en este caso, en la Mesa Sectorial de Universidades. Y, al parecer, lo único que nos proponen es que fiemos todo a una tramitación parlamentaria en la que, salvo una función de “lobby” que no nos corresponde, nada podemos hacer las organizaciones de los y las trabajadoras.

Más allá del análisis concreto del anteproyecto y de sus repercusiones para colectivos específicos, que compartiremos con nuestra comunidad universitaria, desde CSO llamamos a que este denominador común en la visión del anteproyecto de LOSU se traduzca en unidad de acción sindical en torno a una tabla reivindicativa previamente acordada y compartida con las plantillas y en movilizaciones frente a una ley que desregula y desvertebra aspectos básicos de nuestro Sistema Universitario Público, debilita la estructura funcionarial fomentando la laboralización de la plantilla docente e investigadora, dificulta el acceso a la carrera académica de las y los jóvenes predoctorales, maquilla la temporalidad y convierte en indefinida la parcialidad, en muchos casos forzosa, del Profesorado Asociado.

La futura Ley de Universidades que, al parecer, el Gobierno pretende tener aprobada a lo largo del primer trimestre del año que viene, determinará el tipo de Universidad que disfrutaremos o padeceremos, nuestras condiciones laborales y vida académica como trabajadoras/es de la enseñanza universitaria y la investigación, así como la propia pervivencia de la Universidad como auténtico servicio público.