Nos encontramos nuevamente en 8 de marzo y no percibimos “nada nuevo bajo el sol”, sino más de lo mismo, más paro femenino, nimios o nulos incrementos salariales, más problemas para llegar a fin de mes, más tareas de cuidados de mayores y menores. Y a todo esto hemos de añadirle los precios desorbitados de la cesta de la compra, de la vivienda y de la energía que repercuten gravemente en las economías familiares provocando que las mujeres sufran una sobrecarga aún mayor de tareas de cuidados, tareas domésticas y jornada laboral. Desde principios de año ha habido un aumento en la lista del paro de casi 50.000 mujeres y la grave situación económica que se avecina, con una deuda impagable unida al robo a la clase trabajadora en forma de inflación y subidas de tipos de interés se cebará especialmente con las mujeres trabajadoras, tal y como ha venido ocurriendo cíclicamente en todas las crisis capitalistas.

En nuestro centro de trabajo la situación no es distinta. Las compañeras que se encuentran trabajando en las plantillas feminizadas de las empresas subcontratadas llevan años sufriendo la sobreexplotación laboral, siendo consideradas trabajadoras de segunda clase, para nada equiparables al personal propio, PDI o PAS, de la UMH.

Las trabajadoras de la cafetería del edifico Altabix, actualmente explotada por la empresa Catering 45, llevan más de 10 años luchando para mantener sus condiciones laborales, soportando ingentes cargas de trabajo ya que la empresa las sometió a un ERTE, no cubre las bajas, que a día de hoy son de casi el 50% de la plantilla, afrontando el riesgo psicosocial que supone el infructuoso intento de dar un servicio digno sin prácticamente género, peleando todos los meses para conseguir cobrar el salario íntegro antes del día 20 (del mes siguiente al trabajado)… La empresa lleva muchos años maltratando a las compañeras y la Administración de la UMH es cómplice ya que, siendo conocedora de la situación, aborda el problema exclusivamente desde la perspectiva empresarial, sin importarle la degradación de las condiciones laborales de unas compañeras, algunas de las cuales llevan más de 20 años en el centro de trabajo, ni el deterioro de un servicio esencial para trabajadoras/es y estudiantes de la UMH.

Las trabajadoras de limpieza de la UMH han de entrar a sus puestos de trabajo a oscuras, con serio riesgo de accidente laboral, tienen casi un 25% de bajas sin cubrir sin que ni Universidad ni empresa aporten justificación alguna, con el consiguiente incremento (velado) de cargas de trabajo. En relación con la conserjería, constatamos el incumplimiento de la promesa electoral del actual Rector de revertir el servicio a la gestión pública directa. No olvidamos tampoco que, hace ya muchos años, tras las amenazas de despido por parte de la empresa, las trabajadoras de ambas plantillas perdieron de la noche a la mañana su condición de fijas para pasar a la de fijas discontinuas.

En definitiva, hoy, día 8 de marzo seguimos teniendo poco que festejar y mucho que reivindicar ya que sólo con la lucha organizada de las mujeres trabajadoras conseguiremos librarnos de la doble opresión, del patriarcado y del capital.

¡Viva la Lucha de las Trabajadoras!